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enemas

Lavado: bienestar sexual

Aunque no es esencial, para algunas personas un enema es un paso necesario en la higiene, y para otras es un medio de placer.

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¿Por qué hacerse un enema anal?

Los enemas tienen muchos usos, y hay para todos los gustos. Esta práctica no está reservada a un uso médico: ya sea para una higiene impecable antes de cualquier actividad anal, o para el placer sexual en un contexto BDSM, el enema es para todos.

Por higiene

Los residuos fecales pueden desanimar a algunas parejas, o incluso a ti mismo. Los enemas permiten sentirse limpio antes de cualquier juego sexual anal, ya sea con la lengua, los dedos, consoladores o plugs. Tanto para la persona que va a ser penetrada como para la que está detrás, tanto si la práctica se realiza con un pene como con un arnés consolador, un ano y un recto limpios ofrecen mayor libertad en la intimidad. A menudo, quienes utilizan enemas muestran una mayor confianza a la hora de probar nuevas posturas o practicar la sodomía o el fisting. Aunque tu pareja utilice guantes de látex, suele ser más cómodo para ambos aventurarse con el cuerpo limpio. Además, el enema es recomendable, por no decir muy recomendable, durante las fiestas swingers, para un primer encuentro o como parte de un plan de grupo.

En el contexto del BDSM

Existe un nombre para la práctica sexual vinculada a los enemas: clysterophilia, o klysmaphilia. Se trata de sentir placer al recibir o administrar un líquido en el ano. Para la persona que se lava, la sensación de bienestar puede llegar a ser muy erótica, del mismo modo que esta práctica puede tener un aspecto humillante muy apreciado por las parejas BDSM.

Para el sumiso, el enema puede ser ordenado por el dominante y administrado como castigo dependiendo del método elegido. Por ejemplo, atando al sumiso con una cuerda de shibari, a cuatro patas, atado de pies y manos: lavar esta parte de la anatomía o jugar con un gancho anal puede tener un efecto muy humillante. Alternativamente, puede mejorar la sesión añadiendo una correa, deslizando algunas órdenes u obligando a la persona a mantener el líquido dentro: de esta manera, el enema puede convertirse en un verdadero juego para el dominante.

¿Qué tiene de divertido practicar enemas?

Excepto en las sesiones entre amo y sumisa, puede haber una verdadera satisfacción y un cierto bienestar en la eliminación de cualquier residuo. La higiene también es erótica para algunos, que se sentirán excitados por la idea de un ano perfectamente limpio. Al excluir cualquier riesgo de olor durante la práctica, las parejas también se sienten más cómodas. Por último, todo el proceso aporta cierto placer anal, ya que se trata principalmente de introducir una pera o un tubo en el recto e inyectar un líquido que puede mantenerse allí durante el acto sexual. Para cada uno de los participantes, esta práctica supone una satisfacción. E incluso en solitario, para los klysmaphiliacs, el ritual del enema es parte de un todo.

¿Cómo funciona el enema anal?

En concreto, el enema anal es, como su nombre indica, una forma de eliminar cualquier residuo fecal mediante la inyección de agua en el recto. Pero, ¿cómo se hace?

¿Con qué herramientas?

Para que un enema sea eficaz, hay que disponer en primer lugar de los accesorios adecuados, por una parte para no correr riesgos, pero también porque el equipamiento difiere según la práctica que le interese. El accesorio más común, y sin duda el más eficaz para los principiantes que se inician en esta práctica, es la pera de enema: sola o con una manguera que se conecta a un depósito de enema (también conocido como bock), ofrece cánulas de todos los tamaños para una inserción suave y un llenado controlado. Para los más aventureros o entendidos, las puntas de enema, o cabezales de ducha, pueden conectarse directamente a la manguera de la ducha. Algunos incluso adoptan la forma de un plug anal para disfrutar al mismo tiempo del placer de la penetración. Para la práctica específica, el juego médico o la práctica en solitario, la jeringuilla es útil porque es versátil: puede inyectar tanto lubricantes como líquido. La jeringuilla, junto con el catéter, es lo más parecido a las antiguas prácticas médicas en las que se utilizaba un accesorio llamado clyster; ¡de ahí el nombre de clysterofilia!

Consejos y recomendaciones

Como en cualquier juego sexual, y especialmente el anal, la práctica puede entrañar algunos riesgos que conviene conocer para que todo vaya sobre ruedas. Para empezar: el enema no está recomendado para mujeres embarazadas y personas con problemas cardíacos graves y asma, hemorragias intestinales, fisuras anales, hemorroides o cirugía reciente desde el abdomen hasta el ano. Si tienes dudas, lo mejor es que preguntes a un médico: recuerda que se trata de una práctica originalmente médica, así que no hay que avergonzarse por preguntar al respecto.

En segundo lugar, el enema es una práctica de la que no se debe abusar porque podría alterar todo el equilibrio intestinal y sus múltiples entornos. No debe olvidar que existen varios niveles de acidez y bacterias necesarios para su flora que no deben alterarse. Por eso se recomienda una solución salina, ya que es lo más parecido al equilibrio salino del organismo. También en este caso, la dosificación debe ser meticulosa, ya que un exceso o una falta de sal también podría provocar calambres: el bienestar es esencial.

Además, al insertar la cánula, tenga cuidado de lubricarla bien y de no inyectar el líquido demasiado alto. Puedes utilizar un lubricante especial para puños, ideal para el ano. Por último, la temperatura es sin duda lo que hay que aprender a controlar, porque el agua demasiado fría provocará calambres, y el agua demasiado caliente podría causar quemaduras, ya sea en el recto o en la zona anal, donde la piel es muy sensible. No dudes en hacer la prueba en ti mismo con cuidado y, si vas a administrar un enema a una pareja inexperta, habla con ella durante todo el proceso para asegurarte de que todo va bien.

¿Cómo se hace un enema?

Los enemas requieren una gran preparación material, física y mental, sobre todo las primeras veces. Con el tiempo y la experiencia, la práctica le resultará cada vez más fácil.

Preparación mental y física

Como en todo sexo anal, el primer paso es estar relajado y tranquilo. Este paso es esencial porque una mente tranquila va de la mano de un cuerpo relajado. Para evitar cualquier molestia o lesión, es mejor no estar tenso para que los músculos estén suaves. Comuníquese con su pareja, escuche a su cuerpo y aproveche la oportunidad para crear una atmósfera de bienestar. Puedes usar poppers para preparar el ano. Por último, deja tiempo: un enema nunca se hace con prisas. En primer lugar porque el cuerpo tiene que estar preparado, pero también porque el agua puede tardar mucho en salir. Además, si tienes previsto mantener relaciones sexuales durante o después del enema, es mejor reservar un espacio de tiempo suficientemente amplio, ¡sobre todo si es la primera vez!

Preparación de la solución de lavado

El segundo paso del enema es la preparación del líquido que se va a administrar. Lo ideal es utilizar una solución salina entre 37 y 40 °C como máximo para evitar cualquier riesgo de quemadura. 37°C es la temperatura corporal normal de una persona, por lo que cuanto más te acerques a esta temperatura, mejor será la experiencia, a menos que quieras darle un toque picante a la sesión. En cuanto a la sal, debes utilizar una cucharadita de sal por dos vasos de agua, o 9 gramos por litro de agua. Se puede preparar para 2 litros de agua o más, según el resultado que se desee. Mezcla bien hasta que se disuelva la sal; puedes calentar el agua antes o después.

Para los más experimentados, existen algunas variaciones a base de manzanilla, leche o café. Algunos están pensados para que la experiencia tenga un olor más agradable, otros son ideales para castigar, ya que el café dilata los esfínteres y el sumiso se esforzará más para mantener el líquido dentro. ¡Añade a esto estimulantes para una sesión que dura!

¿En qué posición?

La posición más cómoda para un enema es boca arriba con las piernas levantadas, pero la más erótica es a cuatro patas, sobre todo si lo administra otra persona. Para un uso estrictamente higiénico o en solitario, lo más fácil es tumbarse de lado con las piernas contra el pecho en posición fetal. Sea cual sea su posición preferida, debe poder facilitar la experiencia. En ningún momento esta práctica debe ser dolorosa.

El procedimiento

Para realizar un enema con una pera, vacíe primero la pera de aire antes de introducir la cánula en la solución salina. Suelte para llenar la bombilla y, a continuación, presiónela suavemente hacia arriba para vaciar el aire hasta que escapen unas gotas. Repite la operación hasta que la pera se llene de líquido y no pueda entrar aire. El principio es el mismo con la jeringuilla. Lubrica la cánula antes de introducirla suavemente en el ano, y luego vacíala con la misma suavidad en el recto. Retén el líquido o no en función de tus juegos sexuales, sabiendo que por higiene, es aconsejable repetir el proceso hasta que el agua que salga sea clara, entre 2 y 4 veces.

Cuando practiques con un tanque, coloca el bock lleno de agua salina más alto que el ano para que la solución fluya más rápido y no se enfríe. Ventila la manguera, inserta la cánula lubricada en el ano y elige la forma y el lugar que prefieras para liberar, ya sea en el inodoro o en un recipiente grande proporcionado por el Amo.

La historia de la klysmaphilia

La Dra. Joanne Denko habló por primera vez del enema utilizado por muchos de sus pacientes para obtener placer sexual en 1973. Klysterophilia es ahora un término oficial para las prácticas sexuales que implican la administración de fluidos en el colon y el ano. Los enemas encajan perfectamente en esta categoría y, por lo tanto, pueden proporcionar excitación y satisfacción en cualquier fase de la práctica. Mujeres, hombres, heterosexuales y homosexuales están todos igualmente concernidos, sin distinción para unos u otros.